"Los medios de comunicación son la entidad más poderosa de la Tierra. Ellos tienen el poder de hacer culpable al inocente e inocente al culpable y éste es el poder. Porque ellos controlan la mente de las masas." (Malcolm X)

viernes, 28 de noviembre de 2014

Compartiendo las reflexiones de los compañeros con respecto al trabajo realizado por equipos

¡Hola a todxs!
Lo que van a leer a continuación es mi devolución a sus reflexiones acerca del trabajo colaborativo que llevamos a cabo en clase y, sobre todo, fuera de clase. Las nuevas tecnologías nos permiten seguir en contacto más allá del espacio del aula y de las cuatro horas semanales que compartimos en el colegio. Además nos facilitan el trabajo en equipo y la comunicación. Hicimos algo novedoso en un entorno novedoso. Y eso trajo problemas, soluciones y, sobre todo, aprendizajes.
Este trabajo en colaboración nos permitió alcanzar productos que cada uno individualmente no hubiéramos podido lograr. Como dice Rochy: “Hay muchas diferencias entre trabajar así o solo. Una muy grande es que trabajando solo, no tenés que discutir ideas, solo son las tuyas. Es bueno trabajar solo, pero al trabajar en grupo hay más ideas en juego y más talentos. Por ejemplo: uno tiene buena ortografía, el otro es creativo, otro no tanto. De esa forma sale un mejor producto (…) el saber aceptar las ideas del otro y que el otro las acepte es algo fundamental, por eso te ayuda a madurar”
Además, y por sobre todo, nos permitió dar los primeros pasitos hacia la solidaridad, el esfuerzo y la participación en pos de un producto en común. Esto nos trajo problemas porque nunca habíamos trabajado de este modo. Después de todo, nadie aprende haciendo lo que ya sabe hacer: “Fue una experiencia nueva y muy complicada porque trabajar en equipo no es simple, debido a que todos tienen ideas diferentes y diferentes maneras de escribir con las que capaz no estás de acuerdo”, dice Julia.
Definitivamente no es fácil trabajar en equipo, pero a todo se aprende y el trabajo colaborativo constituye un aprendizaje como cualquier otro. En este sentido, surgieron conflictos interesantes: “Tuvimos inconvenientes porque había integrantes del grupo que no se conectaban y queríamos que participaran”, nos cuenta Olivia. “Tuvimos muchos problemas desde el comienzo hasta el final”, reflexiona Lara y agrega Sol: “pronto comenzaron los conflictos por las ideas que teníamos, por el mismo orgullo de no poner la idea del otro…”. Y continúa: “Creo que somos un desastre como grupo y que si no hubiera sido por X no habríamos salvado este trabajo.”
Por su parte, Bruno nos cuenta que su equipo no le “gustó para nada (…) X  quería hacer lo que a ella le parecía, sin darles la opinión a los demás; todas las ideas que no eran de ella, no le gustaban.” “Es una experiencia nueva para mí, y no fue muy agradable (…), ya que nos peleamos entre los integrantes del grupo, por ese motivo el grupo se tuvo que separar en dos (…)  Nos costó mucho llegar a los pocos acuerdos que tuvimos para llegar al producto final”, nos cuenta Facundo.
En fin, todos estos problemas deberían enseñarnos que está bien que haya conflictos porque somos todos diferentes: cada uno con sus gustos y sus intereses, con sus habilidades y sus falencias, con sus tiempos y sus modos… Y eso es lo bueno, porque en la diversidad se aprende más y mejor. El tema no está en evadir el conflicto sino en enfrentarlo para solucionarlo y evitar, así, la violencia. Estoy segura de que quienes no han podido estar conformes con este proceso, encontrarán en trabajos futuros la manera de solucionar estos conflictos que no son otra cosa que parte de la vida en democracia.
Sin embargo, no todos fueron problemas: “Todos nos escuchamos entre todos, y decidíamos qué idea era mejor o más interesante. Me siento muy contenta con el producto final. No se nos presentaron muchos problemas a la hora de escribir, todos nos pusimos de acuerdo. Nos manejamos a través de un grupo de Whats App y ahí decidíamos todo. Fue una buena experiencia y me demostró que trabajar en grupo no es tan fácil”, nos cuenta Renata. Por su parte, Valentina nos dice: “Lo bueno de trabajar con este grupo fue que todos se especializaban en algo, así que nos fuimos complementando, tal vez alguno sabía escribir de una forma más estética y otro tenía ideas más creativas, entonces todo quedaba muy bueno”.
Hubo además quienes pudieron conocer mejor a sus pares y se llevaron sorpresas trabajando con compañeros con quienes nunca habían trabajado en equipo. Así, nos cuenta Lucía: “Una de esas personas me sorprendió, porque yo pensé que no iba a escribir nada y que no iba a comentar ni nada, pero al final terminó siendo  distinto porque me di cuenta de que es el mejor que escribe en el grupo. Aunque se conectaba re poco para escribir, nos salvó en  muchas ocasiones y a él fue el que se le ocurrió la idea principal. Así que finalmente lo juzgué mal.”
Y también hubo reflexiones acerca del hecho de “escribir un cuento”, porque no sólo tenían que trabajar en equipo sino que, además, la tarea que tenían que llevar a cabo tampoco era para nada fácil: “Trabajar en un cuento realista es bastante difícil pero NO  imposible y también es divertido aportar ideas y crear una historia”, nos cuenta Belén. “Al principio fue muy difícil, pero después lo pudimos llevar adelante”, dice por su parte Indiana. Y Facundo: “Uno de los problemas que apareció (…) fue el bloqueo mental a la hora de escribir” y aclara: “sobre el bloqueo, simplemente las ideas comenzaron a fluir”
Lo cierto es que no es fácil contar estéticamente una historia: ¿Cómo decidir qué contar? ¿Cómo elegir la mejor historia? ¿Cómo encarar el proceso creativo de una obra literaria? ¿Qué narrador será mejor para contar lo que quiero contar? ¿Cómo manejar el tiempo narrativo? ¿Cuándo darles la voz a los personajes? ¿Cómo sobrevendrá el desenlace?
Ezekiel nos cuenta que para escribir un cuento realista “hay que investigar y armar una historia con personajes reales y pocos conflictos o un solo conflicto. Ésa fue la parte más difícil porque cada uno que escribía inventaba algo nuevo y la historia se hacía cada vez más larga y no se entendía bien.” A su vez, Magalí reflexiona  que “no es lo mismo usar muchos personajes que pocos, si usás muchos personajes en el cuento, tenés que estar pendiente de que aparezcan en algún momento, no pueden desaparecer.” Y Ramiro“…no sabíamos cómo terminar la historia porque los finales que habíamos pensado eran imposibles o incoherentes, pero al final logramos, creo yo,  un buen producto y aprendimos a trabajar de este modo que era totalmente nuevo para nosotros”. Además, el mismo proceso de escritura fue llevando a grandes modificaciones con respecto a la planificación a la que habían llegado en la segunda etapa: “En la tercera etapa, cuando teníamos que empezar a escribir la historia, fuimos modificando gran parte de cómo teníamos pensado relatarla: cada uno tenía sus ideas y a partir de las sugerencias de todos tratábamos de unirlas y crear el relato”, nos cuenta Mayra.
Pero todo se fue solucionando a medida que avanzaban en el proceso: “llegamos a resolver los acuerdos necesarios para que el producto final fuera el mejor” (Julia). “A pesar de todos los conflictos, ésta fue una experiencia muy interesante y divertida para mí. Me gusta mucho escribir y se me hace fácil. ¡Ya estoy esperando el próximo proyecto!” (Lara)
Además aprendimos herramientas de aprendizaje novedosas con las que nunca nos habíamos encontrado: Google Drive, Internet, escribir en pantallas: “me gustó trabajar en equipo con mis amigas en la red porque me da tiempo para pensar más, corregir la ortografía y no hace falta juntarse”, dice Ezekiel. “Esta experiencia fue muy linda, poder no sólo trabajar en una hoja sino poder trabajar en Internet. Fue un desafío pero lo logramos…” (Belén)
Finalmente, muchos reflexionaron acerca de sus fortalezas y sus debilidades y se propusieron posibles soluciones para otro futuro trabajo: “Para la próxima me gustaría mejorar la convivencia en el grupo y no preocuparse tanto por cómo te llevas con tu compañero sino por el trabajo que tenemos que enfrentar.”(Julia). “Para la próxima ya sabremos cómo es la dinámica del trabajo” (Valentina)

“Yo no tuve muchas ideas y las que tuve no las compartí,  no sé por qué. Mi problema fue que me olvidaba de entrar (en la red) para escribir el cuento y me parece que para resolver ese problema me tengo que anotar las tareas para no olvidarme de hacerlas" (Lisandro). “Siento que tengo que mejorar y no confiar tanto en los demás, estar más activo en el trabajo y ver que si no lo hacen, tengo que terminarlo” (Tobías)

Finalmente, contarles que disfruté mucho de este trabajo con ustedes, que aprendí mucho de ustedes. ¡Sí! ¡Los profes también aprendemos! Los vi enojarse, por momentos, y disfrutar del trabajo, en otros... Los vi crecer a medida que avanzaba el proyecto y los vi reflexionar de manera muy inteligente cuando nos reuníamos por equipos para evaluar nuestras actuaciones. Y disfruté muchísimo de la gestación de cada uno de los cuentos como también disfruté mucho de los trabajos terminados.
Y una cosa más: Fue un placer compartir el año con todos ustedes. Son un grupo muy especial. Espero que se den cuenta de eso.

4 comentarios:

  1. Hola profe el martes había corregido la poesía y me olvide de avisarte

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  2. No me sorprenden las " declaraciones" de los chicos y chicas de 1ro; en el espacio que compartimos es habitual llevar adelante este tipo de conversaciones.Si, se trata de un grupo especial por su capacidad de anàlisis y reflexiòn metacognitiva.Buenìsimas producciones de los chicos y de la Profe.Sigamos en el 2015

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  3. felicitaciones a todos los chicos y docente,
    buenísimos los cuentos personales, donde cada uno expresa una parte propia,y los cuentos de equipo, : geniales, originales, y es casi siempre difícil ponerse de acuerdo , pero el resultado, es de todos un poco.
    con respecto a los chicos opinando, una caja de pandora,siempre hay una sorpresa,para el adulto.
    celebro con entusiasmo, la idea de la docente, el blog, y demás propuestas, un placer profesional.
    y para el 2015 , mas sorpresas,un stand up?
    un abrazo,
    cristina alvarez

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