"Los medios de comunicación son la entidad más poderosa de la Tierra. Ellos tienen el poder de hacer culpable al inocente e inocente al culpable y éste es el poder. Porque ellos controlan la mente de las masas." (Malcolm X)

viernes, 28 de noviembre de 2014

Cuentos realistas: Producto del trabajo colaborativo por equipos III

descarga (1).jpgEsta es la tercera entrada dedicada a los cuentos que resultaron del trabajo colaborativo a través de Google Drive en el que cada grupo debía escribir un cuento a partir de una pintura famosa. Pueden encontrar las consignas  del proyecto aquí.

Esta entrada la vamos a dedicar a los equipos 3 y 6 que trabajaron con la pintura "La lectora" de Isabel Guerra. Estos son los cuentos que resultaron del trabajo de todos ellos. ¡Espero que los disfruten!

Equipo 3: Bruno Fazio, Facundo Fernández, Lara Mouzo y Sol Rodríguez
María y su libro

María del Avaro pertenece a una familia adinerada que se encuentra en Zaragoza, España. Vive con su madre, Jazmín Rojel.
Cuando María tenía apenas 12 años el padre falleció y, desde entonces, la madre se ha vuelto estricta con los estudios y obligaciones de su hija. Ella quería que se concentrara en su formación académica y su futuro, pero a María le importaba más leer siempre el mismo libro de poesía. Porque siempre siente lo mismo al leerlo: pasión. María poseía muy poca cantidad de libros y era este, específicamente, su favorito.
Durante unos tres años, María sigue obsesionada con el mismo libro, tanto que Jazmín (la madre) comienza a preocuparse: María ya no tiene tantos amigos como antes, no le interesa salir de la casa, ni siquiera para pasear, sólo quiere leer, leer poesía todo el día encerrada en su cuarto.
Llega a tal punto esta obsesión que Jazmín decide enviar a su hija como pupila al convento de Santa Lucía. No sólo para que se concentre y estudie, sino para que trate de hacer nuevas amigas.
-Esto es por tu propio bien-le dice Jazmín antes de que María parta rumbo hacia al Convento-Ya  sabés que te amo mucho y sólo quiero que seas feliz.
-Está bien, mamá, pero dejame conservar mi libro, por favor.
-Sólo si me prometés que harás otras cosas además de leer tu libro.
Y con esa promesa comienza el viaje de María. Ella no sabe si debe sentirse triste, ya que estará los siguientes cinco años lejos de su casa; o feliz, ya que su madre no la molestará más y podrá leer todo el tiempo que quiera su libro preferido.
Apenas llega, puede observar una edificación antigua que abarca una superficie extensa. Tiene forma de rectángulo en cuyo centro hay un gran jardín que está muy bien cuidado. Allí hay todo tipo de flores: rosas, claveles, margaritas y jazmines. Estos últimos le recuerdan a su madre.
Unos días más tarde, María comienza a extrañarla y también empieza a sentirse abandonada. Este pensamiento la abruma y enoja tanto que la conduce a un comportamiento inadecuado. Se pelea con sus profesores, se pelea con sus compañeras y no cumple con sus tareas ni con sus responsabilidades dentro del Convento.
Se siente tan enojada y triste que decide dejar de comer, encerrarse en su cuarto y leer su libro de poesía, se diría, de manera enfermiza.
Las autoridades se preocupan por el estado de salud de su alumna que se resiste a cambiar de actitud y a recibir ayuda. Por esta situación, la vida en el convento se torna insostenible para María, sus compañeras y sus profesores.
Por este motivo, sus encargadas deciden comunicárselo a su madre quién se preocupa y angustia mucho y por lo que decide viajar lo antes posible hacia el Convento
Una vez que llega, puede hablar con su hija y entender lo que María siente: una gran tristeza porque la extraña y porque, en realidad, quiere estar con ella en su hogar.
Jazmín abraza muy dulcemente a María que llora desconsoladamente. Le acaricia el cabello y le pide perdón por haberle causado tanta angustia. 
Finalmente las dos vuelven a su hogar, pero antes ambas llegan a un acuerdo propuesto por la madre que consiste en que no le prohibirá leer el libro que tanto le apasiona, siempre y cuando se haga tiempo para leer otros autores de poesía y para hacer amigas.
A María le agrada la propuesta y acepta gustosamente. También se da cuenta de que no hubiera podido vivir sin su madre, así que se siente feliz de arreglar el acuerdo, cuyo único propósito no es otro que el hecho de que ambas sean felices.

Pasó el tiempo, mucho tiempo y hoy María se ha convertido en una famosa poetisa incrementando de esa forma su vida social y así su felicidad.

Equipo 6: Guillermina Capobianco, Tobías Fontana, Olivia Mange, 
Lisandro Pérez Casarín y Magalí Santágata.

Una Carta Equivocada

España, 17 de Octubre 1987
Querida Maguie:
Me acuerdo cuando nos conocimos ese día que viniste a mi pueblo y nos hicimos amigas. Me diste tu dirección y me dijiste que, si alguna vez necesitaba tu ayuda, te escribiera una carta. Y aquí estoy.
Ya perdí la cuenta de las veces que leí este libro, sé de memoria cada palabra, cada párrafo, cada diálogo, sé todo. Necesito otro libro. Si no,  me voy a morir de aburrimiento. Odio estar encerrada, pero mi hermano y mi madre siempre se están peleando, siempre por lo mismo: el dinero. Es horrible querer ir al comedor y que estén quejándose de la economía del país o de nuestra pobreza, siempre me pongo triste cuando los escucho. Aunque la verdad es que mucho no me importa. Yo soy feliz y tengo todo lo que necesito: una familia, una casa y lo más importante: el amor de mi vida, Tomás.
Teruel, como ya sabes, es un pueblo muy pequeño, uno de los más pequeños de España, y es una de las aldeas menos habitadas y pobres de la zona, pero a mí me parece un lindo lugar, será porque no conozco otros.
Vivo a dos cuadras de la casa de Tomás, mi novio, que tiene veintidós años. Es alto, con pelo castaño y ojos verdes. Tomás vive con su madre, su padre y sus tres hermanos.
Él tiene menos tiempo para disfrutar que yo, ya que su familia es más grande y todos tienen que alimentarse. Son tiempos difíciles, cada vez que tenemos alguna buena cosecha, es motivo de festejo.
Pero un día llegó el momento de separarnos: La semana pasada me contó que se tenía que ir al campo porque, según su padre, les iría mejor allí, me dijo que era por unos meses. Sentí cómo se me iba el alma del cuerpo. Es muy devastador, ya que no hay día que no pasemos juntos. Con él puedo desahogarme, reírme, llorar...
En ese momento, recordé aquel día en el que estábamos en la Plaza Carlos Castel compartiendo un helado de Kalise, de vainilla y frutilla. Ese lugar me recuerda a nuestra infancia... Estábamos de la mano, hablando y Tomás contaba chistes ya que lo que más le gustaba a él era hacerme reír. Mientras esperábamos el atardecer, le canté y le dediqué las últimas canciones de amor.
Cuando él me contó la noticia, no tuve mejor idea que arrancar mi hoja favorita de mi único libro.  Esta hoja era muy importante para mí. En ella hay un poema que me hace sentir feliz al leerlo. Describe una tarde hermosa de la pareja de este libro:
“En la esquina de mi casa
yo te veo llegar
con un ramo de rosas
a la par de la paz,
seguimos caminando muy lejos, muy lejos
cuando estoy contigo tiemblo sin parar.

eres mi amor
y siempre te amaré.”
Nos escribíamos mucho, pero hace tiempo que no tengo noticias de él. No me escribe y no sé qué pensar… Maguie, ¿tú qué crees que habrá pasado?
Antes de ayer partió en un tren hacia su destino y desde entonces estoy ansiosa esperando su carta, pero no llegó nada. Estos últimos días no hice nada más que esperar.
Una mañana, mi mamá entró a mi cuarto y me entregó una carta. Abrí mis ojos sorprendida. Su nombre estaba en el sobre, después de tanto tiempo había recibido algo de él. Torpe y rápidamente abrí  la carta y leí su contenido. ¡No lo podía creer!
“Querida Paz:
                                   Lamento decirte que estoy muy enfermo y no sé si podré sobrevivir a mi enfermedad. También te pido perdón por lo corta que es esta carta, pero últimamente no tengo mucho tiempo, sólo recuerda que siempre te amaré, por favor...
                                                                                                                                 Tomás.”

No lo podía creer. Se me cayó la carta al piso y fui corriendo a contarle a mi madre lo que había sucedido: —¡Madre!
—¿Qué sucede, hija?
—Lee esto, por favor...
Mi madre leyó la carta.
—No lo puedo creer, hija. —dijo. Y me abrazó.
—Yo tampoco, jamás podría creer algo así.

Pasó una semana y no recibí más noticias de nada, seguía leyendo una y otra vez esa carta, sin todavía creer que fuera cierto.
Esa mañana me desperté muy deprimida. Se Me vino vinieron a la mente los recuerdos de cuando me visitabas y traías helado para compartir, eso me alegró un poco. Me di un baño rápido y volví a leer la carta.
Al terminar de leerla, me fui a caminar por la plaza en la que siempre salíamos a caminar y alejarnos de todo. Ése era, es y será nuestro lugar favorito.
Cuando regresé a mi casa, tomé una ducha y me acosté en la cama a pensar.
Unas horas después, escuché que alguien tocaba a la puerta, y como no había nadie en la casa, supuse que iba a ser mi mamá, pero para sorpresa mía era...
-¡Hola, Paz, te extrañé mucho!- dijo Tomás abrazándome fuerte.
-¡Tomás! ¡Qué sorpresa que estés aquí! Creí que estabas muy enfermo.
-Pero, ¿por qué pensaste eso?
-Pero si me llegó una carta de…      
-¿Cómo? Si en estas semanas no pude haberte mandado ninguna carta debido a que la oficina de correos más cercana estaba cerrada.
-Entonces… ¿De quién era la carta?
Lo hice pasar a mi casa para que la viera.
No puedo explicar por qué, pero se me ocurrió leer la dirección. En cuanto la vi, un alivio recorrió todo mi cuerpo, pero también me sentí un poco tonta. No había sido Tomás Gallegos el que había mandado la carta, sino un tal “Thomas Gallegos”. Y no solo eso, por la precipitación que tuve por saber noticias de él, no me había dado cuenta de que... ¡Ésa no era su letra!
 Me fui a dormir sintiéndome muy feliz, ya que sabía que Tomás estaba en perfectas condiciones y ya estaba en casa.
 Esta es la mejor aventura que tuve con Tomás. Gracias a esto me di cuenta de lo mucho que lo amaba.
Espero volver a contarte otra historia sobre nosotros. Y aunque nadie te pueda ver, siempre contaré contigo.
                                       Con amor,
                                                              Paz

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